En el tema ecológico los huertos hidropónicos en las azoteas están  adquiriendo una gran popularidad, pues tienen beneficios tanto  económicos como terapéuticos para los integrantes de una familia.
La azotea ha dejado de ser un espació inútil y gris. Los huertos  permiten aprovechar este espacio, sembrar tus productos y aprovechar  otros recursos, como el agua pluvial. Para ello existen diversas  opciones en el mercado.
La siembra de estos productos permite tener una producción para el  consumo familiar, pero también la venta, ya que una vez sembrados crecen  por semana o mes, dependiendo del alimento.
Progaia ofrece invernaderos en la azotea de la casa con un sistema  100 por ciento hidropónico, dividido en tres secciones: producción, mesa  de cultivo para hierbas de olor y canales de cultivo.
En el primero se siembran lechugas,  acelgas, arúgula, espinacas y cualquier otra de hoja grande sobre tubos  de PVC por los que pasa el agua; puede ser de un producto o de varios,  dependiendo del gusto.
El segundo sube o baja el nivel del agua de la mesa, a fin de mantener las macetas de las plantas con el líquido suficiente.
Los canales sirven para cosechar plantas tipo enredadera o de arbusto, como cebollas, chiles o pepinos.
Cada uno es un sistema distinto que utiliza sustratos –superficie  donde arraiga la raíz de la planta- y agua con nutrientes específicos  para cada especie.
Carlos Medina, director de la empresa, explicó que éstos se ponen con la estructura del invernadero.
Además  se incluye el sistema de cultivo, curso de capacitación, una  visita cada tres meses, suministros para producir por tres meses  y  aparatos electrónico para mantener un control exacto de los nutrientes y  asesoría vía e-mail y telefónica.
Gracias al área de producción es posible recuperar la inversión hasta en 20 meses.
Recuperara agua de lluvia
Efecto Verde propone la siembra en contenedores que captan el agua  pluvial y la almacenan. Este sistema no es propiamente hidroponía, pues  usa tierra colocada sobre geotextiles que permiten el paso gradual del  agua. Cada caja –hecha de plástico 100% reciclado- puede  tener una verdura  distinta y seis contenedores caben en un metro cuadrado, indicó Antonio  Flores, su director.
Además se proporciona una composta hecha con desechos biodegradables del hogar, lo que  hace al huerto sustentable.
Por su parte, Econconstrucción ofrece un huerto a través del sistema  de azoteas verdes, que recolecta el agua de lluvia y la manda a un  tanque, donde hay que colocar los nutrientes necesarios para los  vegetales.
“Nada más hay que estar al pendiente de que el sistema de riego  funcione correctamente y el agua tenga los suficientes nutrientes”,  señaló Alejandro Tazzer, socio de la constructora.
Terapia para niños y adultos
Cultivar un huerto en cas ayuda también a que los niños y adultos mayores se sientan más productivos, aseguró Carlos Medina.
“A las personas de la tercera edad les sirve como terapia ocupacional y los pone en contacto con la naturaleza.”
En el caso de los niños, Carlos subrayó la importancia de hacerlos responsables de una vida.
Este proyecto lo han llevado a 10 escuelas, pero Progaia tiene además  el Gemina Kids con el que los niños aprenden cómo crece una plantita  que podrán consumir o tener de ornamento.
Tener un área verde en casa sirve para relajar a las personas,  aseguró Antonio Flores. “El estar en contacto con vegetación nos ayuda a  combatir lo que se llama fatiga mental.”
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