Lechuga hidropónica, sustentable y de alta rentabilidad


La producción de lechuga hidropónica bajo invernadero se convirtió en un negocio fructífero para empresarios de Puebla, quienes abastecen a restaurantes de la cadena Toks, alcanzan altos márgenes de rentabilidad y han ingresado al mercado gourmet de hortalizas, al haber obtenido certificados de la FDA (Federal Drug Administration, por sus siglas en inglés) y el Kosher, uno de los más estrictos de alcanzar.

Las ventajas en productividad son notables, ya que mientras a campo abierto se obtienen como máximo 10 lechugas por metro cuadrado, en dicho sistema se cultivan 25 piezas. El ahorro de agua es del 70 por ciento y la rentabilidad del negocio llega a ser de hasta 200 por ciento.

Daniel Fuentes Farías, director comercial de invernaderos Top Green, empresa poblana, que tiene dos hectáreas de lechuga hidropónica, detalla que su volumen de producción es  de 312 mil lechugas por año –de las variedades Sangría, Escarola,  Orejona y Bol--, que colocan principalmente en los restaurantes de la cadena Toks, que compra a la empresa 50 por ciento de sus necesidades.

La empresa produce lechuga gourmet libre de bacterias y áfidos, lo cual los ha posicionado en el mercado, todo se empaca, ya sea con raíz o en hoja suelta. Aunque tiene un precio más arriba que la convencional, una ventaja es que el consumidor final la utiliza toda sin merma; mientras que en otros casos muchas veces hay que quitarles (deshojar) hasta 40 por ciento del producto.

Desde su fundación, en agosto del 2003, la empresa identificó la necesidad de los consumidores judíos de obtener  productos inocuos y con características especiales –ya que aspectos religiosos los vegetales no pueden ser tocados por insectos ni deben llevar larvas de estos en las hojas--, por lo que se dieron a la tarea de obtener el sello Kosher que exige este sector, donde el proceso productivo tiene revisiones permanentes para comprobar la inexistencia de plagas y el empleo de insecticidas orgánicos. En diferentes lugares del Distrito Federal la comunidad judío demanda este tipo de producto.

Un objetivo de la empresa es buscar canales de comercialización para exportar al norte de Estados Unidos, donde una lechuga Kosher llega a costar hasta de siete dólares.

En el caso del mercado nacional, Daniel Fuentes refiere que aún no han incursionado a cadenas de autoservicio porque su producción actual es insuficiente. Por ejemplo, Chedraui les pedía 17 mil piezas por semana. Ante ello, están proyectando la construcción de dos hectáreas más de invernadero, primero para terminar de surtir 100 restaurantes de Toks, después a otros clientes potenciales.

La lechuga se empaca en un film especializado, que la empresa emplea en México por primera vez, “es un producto inteligente que deja salir la hormona de etileno que produce la maduración natural y evita la entrada de oxígeno, lo que le da una vida de anaquel mucho más larga; aunque sí es caro”, explica Daniel Fuentes.

Posición estratégica

Puebla es una zona estratégica para producir hortalizas, ya que abastece a la zona centro y sureste del país. El objetivo de la compañía es producir 20 mil lechugas a la semana – más de un millón al año-- para surtir a 100 restaurantes del país y distribuir, a través de éstos, jitomate, cebolla, tomate verde, cilantro y chile, además de otras hortalizas de productores  poblanos; así como reducir el consumo de agua y fertilizantes hasta en 90 por ciento.

Por el momento, la compañía no está pensando en exportar, pero sí quisieran hacerlo, por ejemplo hacia Alemania, que está requiriendo su producto y la utilidad es buena.

En 2009 FIRA (Fideicomiso Instituido con Relación a la Agricultura ) apoyó a la empresa con  un préstamo de 3.5 millones de pesos para la construcción de una casa sombra de 1.2 hectáreas para la siembra semi hidropónica de lechuga, donde se cultivan seis mil lechugas a la semana. Además se construyó un área de empaque, equipo de transporte y frigorífico.

Así, se comenzó a distribuir en los restaurantes de la ciudad de Puebla, Cholula y Atlixco; tenían clientes como la Universidad de las Américas  Puebla, Hoteles Marriot, vendían directamente al público en el invernadero y clientes del mercado de Atlixco y, posteriormente, se logró el contrato con la cadena de restaurantes mencionada.

Cabe puntualizar que entre los factores adversos que afectan a la empresa están el lento crecimiento de su producción en relación con la  demanda del mercado; falta de semillas adecuadas a la región, ya que en temporada de frío la lechuga crece muy lentamente y tienen que cambiarla constantemente,  importándola  de países como Holanda y Francia; y existen altos costos de fertilizantes y de empaque, ya que los filmes son importados.

Entre los beneficios ambientales se cuenta que no hay contaminación de mantos freáticos, pues las soluciones nutritivas se reciclan, no se arrojan al suelo; en los sistemas de reciclado se ahorra el consumo de fertilizantes en 50 por ciento con respecto a los otros métodos, ya que las soluciones nutritivas no se desechan solo se van complementando.

La empresa participó en la 14a. Reunión Nacional de Intercambio de Experiencias Exitosas en Desarrollo Rural Sustentable, realizada a fines de octubre pasado en Mérida, Yucatán, organizada por la subsecretaría de Desarrollo Rural de la Sagarpa, el Colegio de Postgraduados y gobiernos estatales, entre otros.